Desinfección postcosecha

Factor relevante en la cadena de control de microorganismos

 

La contaminación o presencia de microorganismos patógenos en frutas y verduras, es una condición que puede presentarse en ellas desde el origen, considerando su cultivo y cosecha en los campos, hasta nuestros hogares donde finalmente será consumida.

Desde su origen, la variedad de formas de cultivos, el tipo de fruta u hortaliza, las condiciones climáticas, los tipos de recolección (considerando los insumos, equipos o tecnología de explotación, la manipulación, entre otros factores), condicionan también una diversidad de fuentes o tipos de contaminantes microbiológicos.

En relación a lo anterior, si consideramos por ejemplo las fuentes naturales como la tierra, aguas de riego, el material vegetal en descomposición o abonos, dentro de los microorganismos más relevantes que pueden llegar al cultivo propiamente tal y considerados como patógenos, podemos encontrar: Bacillus cereus, Listeria monocytogenes, Clostridium perfringens, Clostridium botulinum, Salmonella entérica o Escherichia coli.

Se sabe que los procedimientos asociados a las buenas prácticas agrícolas aplicados en la cadena de producción de frutas y hortalizas frescas, son fundamentales y efectivos en reducir y controlar los potenciales riesgos derivados de esta contaminación microbiológica.

Ya en las plantas de proceso y empaque – packing – la etapa de “desinfección postcosecha”, aplicada como punto inicial en el manejo de la frutas y hortalizas, es relevante dentro del control integral de contaminación microbiológica. Es importante recordar que dicha etapa busca como principal objetivo evitar la introducción de más patógenos, ayudar a reducir la cantidad de dicha contaminación y mantener la calidad del “agua de lavado” con el fin de prevenir la contaminación cruzada en el producto.

Se conoce que la eficiencia en la desinfección postcosecha depende entre otros aspectos de:

    • El tipo de agua a tratar (pH, temperatura, dureza, turbidez o la presencia de materia orgánica).
    • Forma de aplicación o tipo de tratamiento de desinfección que se escoja.
    • El tipo de vegetal a lavar.
    • La relación producto/volumen de agua y sus variaciones durante el proceso (concentración).
    • La aplicación de uno o varios lavados.
    • El intervalo de tiempo desde la contaminación al lavado.

A su vez, los procesos de desinfección propiamente tal dependen de:

    • Tipo y concentración del producto de desinfección, donde en general se puede indicar que, a mayor concentración del producto, el efecto puede ser favorecido.
    • Tiempo de contacto, en forma análoga a la concentración, mayores tiempos de contacto reflejan mejores efectos.
    • PH del producto, característica intrínseca de todo producto químico.
      Temperatura de aplicación.
    • Naturaleza o tipo de microorganismo y factores asociados a la población o cantidad microbiana.
    • Presencia de materiales extraños, tanto en el agua de lavado, como en el producto a tratar. La existencia de suciedad, materia orgánica o dureza del agua, afecta negativamente en la eficacia de los desinfectantes.

Todas estas variables, deben ser ponderadas en su conjunto para lograr definir y establecer las mejores condiciones que incidan en una eficaz desinfección.

Protecsa S.A. lleva más de 30 años contribuyendo y apoyando a diversas plantas de procesamiento y embalaje de frutas y verduras, teniendo disponible una amplia variedad de productos de limpieza y desinfección, tanto para la mantención general de las plantas, como productos especializados para los procesos de desinfección postcosecha.

Dentro de esta gama, Tecsa®Pro es el producto que se ha consolidado con mayor fuerza en dicho tipo de aplicación, basado en una mezcla y sinergia de componentes halogenados, que entrega características antimicrobianas de amplio espectro, con un amplio rango de diluciones que incide en una óptima relación costo beneficio.

Junto a esto, Protecsa S.A. desarrolló y dispone de un equipo de dosificación y control en línea para este producto, adaptable a los distintos tipos o equipos usados en la desinfección postcosecha, principalmente pozos de vaciados o hidrocooler. En general, su funcionamiento está basado, por una parte, en la medición a tiempo real del componente activo y de las variables de temperatura y pH con sondas o electrodos específicos, lo que permite una lectura más precisa de la concentración de producto; y por otra parte, en la dosificación de Tecsa®Pro a través de un controlador digital unido a una bomba dosificadora que se activa de acuerdo a los rangos de trabajo de concentración que establezca el usuario, todo esto sumado a una red de filtros que permiten descartar la presencia de interferentes en el punto de medición y prolongar la vida útil de las sondas de medición, asegurando un funcionamiento robusto de acuerdo a las exigencias de este tipo de uso.

Esta tecnología, ha permitido optimizar el proceso de desinfección postcosecha, entregando mayor certeza en el manejo de las concentraciones del producto, optimizando su consumo y facilitando la aplicación y control que se requiere en esta etapa del proceso en las plantas de packing de frutas y verduras, lo que, sumado a la cadena completa de buenas prácticas agrícolas y de manufactura, permiten entregar productos con la calidad que los consumidores merecen